Estar enamorado, amigos, es encontrar el nombre
justo de la vida.
Es dar al fin con la palabra que para hacer frente a
la muerte se precisa.
Es cobrar la llave oculta que abre la cárcel en que
el alma está cautiva.
Es respirar el ancho viento que por encima de la
carne se respira.
Es contemplar desde la cumbre de la persona la
razón de las heridas.
Es advertir en unos ojos una mirada verdadera que
nos mira.
Es sorprender en unas manos ese calor de la
perfecta compañía.
Es sospechar que, para siempre, la soledad de
nuestra sombra está vencida.
Estar enamorado, amigos, es descubrir dónde se
juntan cuerpo y alma.
Estar enamorado, amigos, es adueñarse de las
noches y los días.
juntan cuerpo y alma.
Estar enamorado, amigos, es adueñarse de las
noches y los días.
Es depertarse una mañana con el secreto de las
flores y las frútas.
Es libertarse de sí mismo y estar unido con las otras
criaturas.
Es asombrarse y alegrarse de que la luna todavía
sea luna.
Y es además, amigos míos, estar seguro de tener las
manos puras.
flores y las frútas.
Es libertarse de sí mismo y estar unido con las otras
criaturas.
Es asombrarse y alegrarse de que la luna todavía
sea luna.
Y es además, amigos míos, estar seguro de tener las
manos puras.
Poesía de Francisco Luis Bernárdez. Buenos Aires 1900-1978