"No puedo convertirme en nada: ni en bueno ni en malo, ni en un sinvergüenza ni en un hombre honesto, ni en héroe ni en insecto. Y ahora estoy alargando mis días en mi esquina, torturándome con el amargo e inútil consuelo de que un hombre inteligente no puede convertirse seriamente en nada; de que tan sólo un idiota puede convertirse en algo"
Fiodor Dostoievski, Memorias del subsuelo