Caricia

Madre, madre, tú me besas, 
pero yo te beso más, 
y el enjambre de mis besos 
no te deja ni mirar... 
Si la abeja se entra al lirio, 
no se siente su aletear. 
Cuando escondes a tu hijito 
ni se le oye respirar... 
Yo te miro, yo te miro 
sin cansarme de mirar, 
y qué lindo niño veo 
a tus ojos asomar... 
El estanque copia todo 
lo que tú mirando estás; 
pero tú en las niñas tienes 
a tu hijo y nada más. 
Los ojitos que me diste 
me los tengo que gastar 
en seguirte por los valles, 
por el cielo y por el mar...
Rubén Darío