Érase una vez que se era, como todas las cosas que existen y existirán, una mariquita que quería perder sus manchas. Era esta una mariquita de un intenso color rojo. No se gustaba...estaba obsesionada con perder sus manchas.....podríamos continuar el cuento, cada uno con una história bien diferente....pero mira....yo te propongo el final!!
Y fíjate en cómo empezaba este cuento para darte cuenta de que, a veces, lo que no nos gusta de nosotros, puede ser lo más interesante: érase una vez que se era, como todas las cosas que existen y existirán, una mariquita que quería perder sus manchas.
La propia vida es un arte, no?