Es la ley de la vida
  que cada vez 
   que se nos cierra una puerta
  se nos abre otra.
  Lo malo es que con frecuencia
  miramos con demasiado ahínco
  hacia el pasado
  y añoramos la puerta cerrada
  con tanto afán
  que no vemos
  la que se acaba de abrir
  Escribió Albert Schweitzer  
