Un hombre y una vela

Dura menos un hombre que una vela 
pero la tierra prefiere su lumbre 
para seguir el paso de los astros. 
Dura menos que un árbol, 
que una piedra, 
se anochece ante el viento más leve, 
con un soplo se apaga. 
Dura menos un pájaro, 
que un pez fuera del agua, 
casi no tiene tiempo de nacer, 
da unas vueltas al sol y se borra 
entre las sombras de las horas 
hasta que sus huesos en el polvo 
se mezclan con el viento, 
y sin embargo, cuando parte 
siempre deja la tierra más clara
Eugenio Montejo